Pintar una Capilla en el Siglo XXI
Leandro Gómez Guerrero ARTISTA
Se me hace muy dificil poder transmitir la gran emoción que fue recibir un encargo único: pintar toda una Capilla. No creo que pueda sintetizar en palabras lo que significa para mi Seguramente es el proyecto más importante de mi vida. Agradezco la confianza que me tuvo el Padre Cacho cuando me hizo mi primer encargo artistico, creyendo en un adolescente de diecisiete años. El me dio el impulso que seria la fuente para mi primera exposición, hace exactamente treinta años. Qué importante es que crean en nosotros.
Hoy agradezco especialmente al Padre Julio Fernández Techera, Rector de la Universidad Católica del Uruguay, por confiarme su gran anhelo de renovar la experiencia del encuentro con Dios en la Capilla Universitaria a través del arte. Dios nos habla por medio de las personas. Fue un verdadero placer compartir con Julio todas las etapas de este proceso. disfrutando juntos el darie forma a la temática que me propuso: los encuentros de Dios con los hombres.
Fue una gran bendición tener la maravillosa oportunidad de poder diseñar todo el proyecto, tener libertad en la elección de los temas y en la forma de representarlos.
También fue un gran desafío y para lograrlo necesitaba la guía del Espíritu Santo. Necesitaba en cada obra encontrarme con el tema para poder transmitirio y así la obra tendría el potencial de invitar al encuentro. El proceso de pintar y crear cada tema fue muy rezado.
En cada obra busco la luz de Dios, luz Divina. Luz eterna, Cuando siento esa luz, entonces la obra tiene la esencia que provoca el encuentro con Dios. La luz es de Cristo, del Espíritu, la obra la hace Dios a través de mis manos. Siento que soy solamente lámpara de la luz de Jesús. Por esta razón las obras no están firmadas en el frente (han sido firmadas en la parte posterior), porque mi persona no es importante, lo nico importante es el mensaje. Para mi ya es una pendición poder dar y compartir un testimonio de fe. En el proceso creativo busqué un lenguaje y un tono ercano a los estudiantes (incluso algunos posaron). on encuadres contemporáneos
Quería lograr rostros cercanos, no idealizados o del pasado, y una fuerte presencia de la mujer como protagonista
La paleta de colores de la Capilla y de las obras está marcada por el color púrpura como protagonista, para profundizar en los encuentros retratados la transformación espiritual y el renacimiento El púrpura es el color de la renovación, la purificación del alma, representa el misterio, la profundidad de la fe y también simboliza el conocimiento y la comprensión de los secretos divinos.
El proceso de creación fueron dos años increibles, dedicados con paciencia al trabajo en el atelier que la universidad generosamente me cedió, dadas las dimensiones de las obras. Alli recibía la visita periódica del Rector y demás compañeros y colegas. algo que siempre me dio mucho ánimo.
Pincelada a pincelada. Subir y bajar del andamio. de la escalera, aprendiendo a pintar telas de tamaños muy grandes Pintar obras que estarían en el techo. puntos de vista que soñaba poder pintar algún día pero que jamás imaginé la bendición de que estarian en el techo de una Capilla
Comenzar con los pies de Cristo en El cristo del carrito y como gran final del proceso, terminar con Dios, destino final del encuentro.
La última obra que pinté fue la Visión del Padre Eterno, pieza lateral del Tríptico: La Visión de La Storta. Encuentro de San Ignacio de Loyola con Cristo y el Padre.
Me comprometi a dar lo mejor de mi, dejar definitivamente la publicidad y dedicarme por entero al proyecto. Decidi pintar la Capilla yo solo como un viaje personal profundo, como una oportunidad de pintar para encontrarme y re-encontrarme con Dios. Esto para mies una opción de vida. Para mi, pintar es rezar.
Dios quiera que en cada visita a la Capilla se den esos encuentros que nos transforman, que nos interpelan para reconocer la presencia de Dios en la historia personal de cada uno, descubriendo así el proyecto de amor que tiene para nuestras vidas.
