Detrás del puerto espera la ciudad vieja, una que pugna por salir de la encrucijada entre la city bancaria y su realidad de puerto. Pero es más bien la Rambla, largo balcón sobre el mar, su emblema urbano, lo que hace a Montevideo gris y azul, tradicional, a la vez que lo proyecta hacia el futuro.
Este texto reconoce en Montevideo varios campeonatos mundiales: la ciudad en el mundo que mas consume carne bovina por habitante, la más laica de todo el continente, la poseedora de dos ritos alimenticios (la pasta, de dominio. femenino, el asado, de fuero masculino). Asi es como Luciano Álvarez-basado en investigaciones coordinadas por Christa Huber y una vasta proyección estadística sobre lo que los ciudadanos imaginan de su ciudad y muchas fotografias oportunas- narra a Montevideo.
Desde una pluma rápida y suspicaz, que encuentra un elegante sentido poético en la arquitectura, las canciones, poemas, leyendas o graffitis, emerge el Montevideo imaginado por sus habitantes; el puerto sin porteños, la ciudad de los barrios, la de los jóvenes que regresan al tango justo en la nación que le dio vida al fenómeno Carlos Gardel, la del café Sorocabaria que llegó a vender 20 mil pocillos en un dia todavía se discute si esto ocurrió el 7 de mayo de 1945, cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, o el 16 de julio de 1950, cuando Uruguay festejó el maracanazo que le dio su segunda Copa Mundial de fútbol.
Montevideo imaginado pasa revista a escritores, a los ambientes geográficos, a los recuerdos de la gente, con un fin: mirar hacia a dónde va y qué quiere esta ciudad a veces tan forzada al equilibrio.